sábado, 19 de mayo de 2012

Cocina Gaditana en el CEIP Juan Marín de Vargas, de Las Cabezas de San Juan

Manuel Ruiz Torres dio una charla sobre cómo era la cocina de Cádiz durante los años de la llamada Guerra de Indepencia a alumnas y alumnos de Sexto de Primaria del Colegio Público "Juan Marín de Vargas", de Las Cabezas de San Juan.  En esta población sevillana se preparan para celebrar el levantamiento liberal de Riego, en 1820, que supuso el único momento en que la Constitución de Cádiz estuvo vigente para toda España, durante el Trienio Liberal, entre 1820 y 1823.

El acto estuvo coordinado por el profesor José Luis Carballido Morejón.


Se dedicó una especial atención a los tipos de fuego empleados en aquella época, desde los de fuego abierto donde cocían las ollas durante días hasta los primeros inventos para recoger ese calor y concentrarlo en la cocción, evitando pérdidas. Se pasó, así, de las primeras cocinas de obra a las primeras cocinas económicas, de hierro fundido.

También se vieron cómo eran algunos de los utensilios de cocina, desde los anafes para cocinar en cualquier esquina, o incluso en la calle, hasta las ollas perforadas para tostar castañas, los espetos para tostadas o las sencillas parrillas para asar carne.

Igualmente se hizo una breve parada en la técnica de hacer helados, explicando cómo era un pozo de nieve y cómo se traía desde grandes distancias esa nieve que serviría para hacer aguas heladas, sorbetes y mantecados. Se explicó el funcionamiento de las viejas garrapiñeras, de metal o madera, que helaban el líquido que contenían hasta cuajarlo en helados.

Siguió un recorrido sencillo por las principales recetas de la época, elaboradas principalmente con pan, vino, aceite, legumbres, pescado, verduras y poca carne. La intervención fue interrumpida con frecuencia por alumnas y alumnos que púsieron ejemplos de platos que aún se hacían en Las Cabezas parecidos a los que se iban explicando.

De hecho, tras finalizar la charla, ésta se prolongó aún casi otra media hora más con preguntas del joven público asistente, siempre respetuoso y muy atento. Ellos mismos le regalaron al conferenciante un precioso bonsai de olivo, que simboliza muy bien esta tierra andaluza y a aquella cocina, que desde aquí agradecemos enormemente.


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